lunes, 9 de junio de 2014

"Migajas" Juan Carlos Fresnadillo

“Tenemos que abandonarlos 
en el bosque”


El susurro se convirtió en cuchillo y voló hasta llegar a los oídos de Hansel, escondido en las sombras de la oscilante luz de la casa, temeroso desde hacía varias noches de que su madrastra dijera el secreto más terrible que un niño puede escuchar. El niño sintió un tibio alivio cuando por fin lo siniestro se hizo palpable y se pudo tocar. Aunque hubo algo inesperado: entrever en la oscuridad el rostro de su padre, compungido y acobardado, aceptando el mandato de su mujer. Y fue entonces cuando sin remedio el cuchillo se clavó en el pecho de Hansel, con lentitud, al mismo ritmo que las lágrimas de su hermana Gretel cuando se atrevió a confesarle lo que acababa de escuchar…

Manos enlazadas con el padre, los hermanos aparentan no saber nada mientras se adentran por el bosque del abandono. Con la madrastra liderando una excursión inofensiva y Hansel, de nuevo a escondidas, echando migajas para dejar un rastro como estrategia para regresar a su casa. Aunque esta sea un infierno oculto de desamor y cobardía…

Solo en la infancia se puede aceptar algo así. No hay poder ni capacidad para hacer o luchar por otra cosa. Fingir es una cuestión de supervivencia.

Lo paradójico de esta amarga historia es que la fortuna tomará la forma de una bandada de pájaros que se comerá esas migajas. Haciendo desaparecer el rastro y enfrentando a los hermanos a una realidad aparentemente más terrorífica… una bruja tocada por la gula que se quiere preparar un gran banquete con dos corderitos tan deliciosos… la invocada bruja de todos los cuentos desplegando su habitual crueldad. Necesaria presencia para hacer crecer a nuestros pequeños héroes; forzando a Hansel y Gretel a luchar y tomar las riendas de su destino, a pelear contra un enemigo que no tiene secretos y manifiesta su maldad sin tapujos… 

Porque quizás contra eso sí se puede luchar.

    En su suplemento SMODA, El País ha publicado un extenso reportaje fotográfico, acompañado de este texto de Juan Carlos Fresnadillo, inspirado en el cuento infantil de Hansel y Gretel. El fin del texto, es unir el interés por la moda con el prestigio intelectual. En el texto también se hacen referencias a otros cuentos clásicos. El título se refiere a las migajas que Hansel va dejando mientras su padre les lleva al bosque para abandonarles. Aquí tenemos el segundo intento de abandono por parte del padre, en el que los niños están más alejados del pueblo.

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