viernes, 27 de diciembre de 2013

Poema 9. "Alaba los ojos negro de Julia" Rubén Darío

¿Eva era rubia? No. Con negros ojos 
vio la manzana del jardín: con labios 
rojos probó su miel; con labios rojos 
que saben hoy más ciencia que los sabios. 

Venus tuvo el azur en sus pupilas, 
pero su hijo no. Negros y fieros, 
encienden a las tórtolas tranquilas 
los dos ojos de Eros. 

Los ojos de las reinas fabulosas, 
de las reinas magníficas y fuertes, 
tenían las pupilas tenebrosas 
que daban los amores y las muertes. 

Pentesilea, reina de amazonas; 
Judith, espada y fuerza de Betulia; 
Cleopatra, encantadora de coronas, 
la luz tuvieron de tus ojos, Julia. 

La negra, que es más luz que la luz blanca 
del sol, y las azules de los cielos. 
Luz que el más rojo resplandor arranca 
al diamante terrible de los celos. 

Luz negra, luz divina, luz que alegra 
la luz meridional, luz de las niñas, 
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra 
que hace cantar a Pan bajo las viñas!

Rubén Darío (1867-1916) poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo en nuestra lengua. En este poema, se nos describen los ojos de distintas mujeres, centrándose, como el título indica, en los de una mujer en concreto. Con versos endecasílabos plagados de sinalefas, así desarrolla Darío una de las más claras características de la poesía modernista. También encontramos metáforas ("Venus tuvo el azur en sus pupilas"), enumeración ("...luz negra, luz divina, luz que alegra..."), hipérbole ("los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes")...

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